El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) publicó el 19 de enero en el Registro Federal la normativa definitiva para la producción de cáñamo.
El nueva regulación, que entrará en vigor el próximo 22 de marzo, se presenta casi tres años después de la legalización del cultivo del cannabis a nivel federal. En la Ley Agrícola de 2018 ya se requería que el Departamento elaborase la presente ley.
Previamente se había presentado una propuesta de ley con la que se abrió un período de recogida de sugerencias con el que se recopilaron más de 4.600 solicitudes, reflejo del descontento y rechazo general por las medidas presentadas originalmente.
Los cambios más destacados de esta nueva normativa tienen que ver con los niveles de THC permitidos en la planta. Se considera que el cáñamo industrial no debe superar el 0,3 %, aún así se tolerarán porcentajes de hasta el 1 % sin ordenar la destrucción de las cosechas. Otra de las reformas relevantes compete a la presentación de muestras para el análisis y control de dichas sustancias por parte del departamento.
Las soluciones para el cáñamo son necesarias
Todo y las mejoras y el carácter concluyente de la normativa, algunas voces de la industria la consideran insuficiente y restrictiva, tanto por lo que respecta a los rangos de THC como por los requisitos demandados para las pruebas y los test. Tal como declaró en Marijuana Moment, Jonathan Miller, consejero general de Hemp Roundtable, una organización que representa varias empresas de cannabis norteamericanas, “parece estar claro que es una reforma definitiva respecto a la norma provisional, sin embargo no es perfecta. No va tan lejos en algunos de los aspectos clave que demandamos”.
Desde 2018 la USDA ha estado revisando y aceptando planes para regular el cultivo del cáñamo sin descanso. En los últimos meses ha firmado ofertas de estados como Rhode Island, Illinois, Nuevo México, Oklahoma, Míchigan e incluso de algunas tribus indias. Y tal como informamos a principios de enero, Nueva York tiene previsto de cara a este 2021 iniciar las negociaciones para legalizar la marihuana.
Aun con sus críticas y deficiencias la Ley de Producción de Cáñamo presentada por el Gobierno es importante en cuanto a que no se contempla el cannabis como una sustancia prohibida y se desarrolla una normativa en consecuencia. Con encuestas que muestran cómo el 68% de los estadounidenses apoyan el consumo legal de la marihuana y del 90% aprobaría su uso terapéutico, los legisladores se están viendo obligados, por deseo expreso de sus electores, a innovar y proponer políticas más sensatas y humanas por lo que respecta al uso y consumo del cannabis.
