El cannabis vuelve a la palestra en Francia, una muestra de ello es la reciente encuesta publicada por Le Parisien.
De la entrevista realizada a los consejeros municipales de París se desprende que un 50% está a favor de la despenalización del consumo de marihuana, incluso en los barrios de mayoría republicana; solamente un 22% se manifiestan en contra y un 28% de ellos apunta que necesitarían más información. Y tal como señalan en el mismo artículo, la opinión general francesa parece acorde con los resultados aportados por este estudio.
El uso del cannabis en Francia se remonta al siglo XVIII, debido a la escasez de alcohol, en 1798 las tropas de Napoleón introdujeron el cannabis como sustitutivo, pero al ver los efectos que provocaba prohibieron su consumo.

Durante el siglo XX y hasta hoy, la regulación contra el cannabis ha seguido siendo reforzada por las plumas de los legisladores de la república. En 1970 el cannabis fue oficialmente ilegalizado, tanto el tráfico como el consumo personal, sin distinción; y en la actualidad es uno de las naciones europeas con una normativa más rígida al respecto.
No obstante, es el país europeo con el índice más alto de consumidores. Según otro estudio de Statista, entre 2015 y 2017, más de un 11% de la población francesa declaró haber consumido cannabis en durante el último año.
En suma y una vez más, la realidad legislativa confrontada a los hechos resulta un tanto contradictoria. La restricción, en definitiva, es un reflejo de que existe una tendencia que se quiere reprimir; el acto penado es previo a la norma. Pero la prohibición no siempre surge el efecto esperado, más bien al contrario…
Continuará. Vive la révolution!
