El CBD nos deja sin palabras cuando conocemos sus increíbles propiedades curativas. Si echas un vistazo a articulos anteriores , verás que el CBD puede ayudar con problemas emocionales, como la depresión y la ansiedad crónica, además de en enfermedades sin cura, como la epilepsia, la artritis o la fibromialgia.
Incluso puede ralentizar y detener el dolor que puede provocar el cáncer, proteger el cerebro tras un accidente cerebrovascular o ralentizar la progresión de la enfermedad de Alzheimer. Y, ante ello, quizás te preguntes, ¿cómo es posible que el CBD funcione así en nuestro cuerpo?
Fácil: la relación con nuestro propio sistema endocannabinoide.

El CBD y el sistema endocannabinoide
El sistema endocannabinoide (ECS) es un sistema psicológico involucrado en la gestión de nuestra psicología, estado de ánimo y experiencia cotidiana. Las funciones del ECS son muy importantes ya que regulan:
tu estado de ánimo, el sueño, el control motor, tu apetito, ayudando a una buena digestión, y la función inmunológica.
También aumentan el placer y colaboran con la reproducción y la fertilidad, entre otras funciones.

El cuerpo produce endocannabinoides de forma natural para mantener la salud humana. Pero cuando existe un déficit, el cuerpo humano precisa de ayuda adicional para mantener el sistema, y es aquí cuando el cannabis y el CBD cumplen con su función curativa milenaria.
De esta forma, cuando se altera el equilibrio del sistema endocannabinoide, el cuerpo humano padece un aumento de enfermedades y trastornos, como migrañas, fibromialgia, etc.
El complemento con canabidoides vegetales y productos de CBD permitirá que el cuerpo equilibre el propio sistema cannabidoide.

¿Cómo actúa el CBD en el cuerpo humano?
El CBD aumenta la producción de anandamida. Y el aumento de este neurotransmisor se asocia a un incremento del placer y la felicidad.
De hecho, la anandamida lleva el nombre de la palabra sánscrita Ananda que significa felicidad divina. Es por eso que la anandamida está relacionada con áreas del cerebro que incitan al placer, la felicidad, las funciones cognitivas, sensoriales y motoras.
El araquidonilglicerol o 2-AG poseen propiedades similares a la anandamida. Este último se une a los receptores CBD1 y CBD2 generando una gran respuesta.
Cuando el CBD se suma al TRPV1, un receptor vanilloide 1, lo desensibiliza y puede intervenir en una amplia gama de funciones terapéuticas, como el alivio del nivel de dolor que percibimos.
Como vemos, ¡el CBD es una gran medicina natural!
