Para aquellos que no lo conocen, el verdadero Rick Ross está más allá de una leyenda. La historia de su vida recuerda a un éxito de taquilla de Hollywood y una historia ideada por los mejores escritores que jamás hayan vivido.
No Rick (guardia de la prisión) Ross el rapero
Y no estamos hablando del rapero regordete que se hizo pasar por un gángster e hizo música con Drake, no señor.
El Rick real, fue uno de los traficantes de drogas más prolíficos de la historia de Estados Unidos.
Estaba ganando tres millones de dólares al día vendiendo cocaína a pandillas locales a través de una conexión nicaragüense, y todo a la tierna edad de veintitrés años.
Rick movió toneladas métricas de polvo blanco para infinidad de fiestas en 42 ciudades.
Recaudó 900 millones de dólares y se llevó a casa una ganancia de 300 millones en dólares de los años ochenta (2.500 millones de dólares y 850 millones de dólares de hoy, respectivamente).
Vida en prisión
Pero lo detuvieron su conexión fue finalmente su perdición, y aquí es donde empieza su verdadera historia.
Ross fue sentenciado a cadena perpetua, bajo la ley de los tres strikes, tras ser declarado culpable por comprar más de 100 kilos de cocaína a un agente federal en una operación encubierta.
En sus primeros años de vida no recibió una buena educación, jugó al tenis en su juventud.
En prisión hizo un cambio, aprendió a leer.
Luego estudió él solo Derecho, y fue cuando se dio cuenta de que su sentencia y condena eran ilegales.
Dos de sus condenas se habían dictado al mismo tiempo, lo que iba en contra de la regla de los tres strikes.
Desde su liberación, ha abrazado la cultura del cannabis y se ha convertido en un empresario legal y gran activista político a nivel nacional contra el encarcelamiento masivo y el racismo sistémico.
Cuando se le preguntó en una entrevista; ¿Cuáles son las ventajas de su nueva carrera respecto de la anterior?
Ricky Ross contestó: La cocaína es muy adictiva y perjudica a mucha gente. Pero la marihuana ayuda a la gente. Incluso a mí mismo. Por regla general, tomo mis snacks por la noche antes de acostarme, y eso me permite dormir bien. Normalmente, me suelo despertar a medianoche.
Mucha gente no lo sabe, pero cuando pasas veinte años en prisión, es un poco estresante y sueñas que estás de vuelta en prisión. La marihuana me ayuda a evitar las pesadillas.
Ahora Rick ha enderezado su vida mediante un negocio legal de marihuana, va a las escuelas y universidades de todo el país contando la verdad sobre un estilo de vida que los raperos glamurizan por la fama y la fortuna. Deja clara la imagen real de qué es estar encerrado y cuán importante es la educación.
