Un equipo de médicos israelíes ha demostrado que el extracto de cannabis reduce las conductas disruptivas relativas al TEA (Trastorno del Espectro Autista)
El estudio, publicado a principios de mes en la revista biomédica Molecular Autism, evaluó la eficacia de los extractos de plantas enteras con predominancia de CBD —en un ratio de 20:1 de THC— como tratamiento para el trastorno autista, en 150 pacientes de cinco a veintiún años (edad media 11,8). En el transcurso de 12 semanas, administraron una combinación de placebo y extracto en diferentes momentos del ensayo para poder comparar los resultados.
Los investigadores reportaron que no se detectaron efectos adversos graves que se pudieran asociar a la terapia cannabica. Todo lo contrario, se observó que con el tratamiento a base de cannabis se reducían notablemente las conductas disruptivas en comparación al placebo. Concretamente, estas conductas —medidas con la escala clínica CGI-I— disminuían una media de un 49 % al administrar extracto de cannabis, frente a la reducción del 21 % asociada al placebo.
Otro dato que se subraya el ensayo clínico es la disminución del índice de masa corporal de los pacientes con sobrepeso sometidos al tratamiento a base de cannabis, lo que implica una mejora respecto a los efectos causados por los antipsicóticos, la cura farmacológica habitual.
El equipo israelí concluye el ensayo clínico con las siguientes palabras: “En este estudio, hemos demostrado por primera vez [...] que el tratamiento con cannabinoides tiene el potencial de disminuir los comportamientos disruptivos asociados con el TEA, con una tolerabilidad aceptable. Esto es especialmente importante para las muchas personas con TEA que tienen sobrepeso, ya que el tratamiento con cannabinoides se asoció con una pérdida de peso neta en contraste con el aumento de peso sustancial que suelen producir los antipsicóticos. […] Estos datos sugieren que los cannabinoides deben investigarse más en el TEA ".
Los hallazgos de este estudio corroboran varios ensayos observacionales anteriores. Por ejemplo, un estudio realizado en 2019 en el Hospital Montefiore del Bronx reveló que en algunos de los modelos animales que son similares al autismo, el CBD favorecía el funcionamiento social. Se observaron mejoras en la disminución de las convulsiones, en el aumento de la función cognitiva y en la reducción del comportamiento compulsivo o repetitivo.
Fuente de un intenso debate, el tratamiento con cannabis o CBD en personas con autismo es y debe seguir siendo objeto principal de la investigación médica sobre el TEA. La legalización y la normalización, en muchos países, del uso médico de los cannabinoides abre un esperanzador camino.