La dismenorrea o dolor menstrual es una dolencia padecida por el 80 % de las mujeres, lo que significa casi un 50 % de la población mundial, y la mitad de ellas, cargan la misma cruz cada mes sin un remedio efectivo

Existe una extensa narrativa con derivas patriarcales, bien conocida por todos —hombres y mujeres— y muy arraigada en el subconsciente social, que demoniza este estado y convierte estos males, tan habituales, en un tabú. Todos hemos recurrido a la cómoda etiqueta de la “histeria”, juzgando de una forma simplista y subestimando un sufrimiento tan recurrente como molesto.
Esta ideología sobrepasa los límites de la intimidad y se ha manifestado en la falta de investigación sobre la dismenorrea. Prueba de ello es que se ha dedicado muy poca atención a buscarle un remedio definitivo, algo sorprendente si se tiene en cuenta el gran número de mujeres que padecen dolores durante la menstruación.

Cada mes muchas mujeres se enfrentan al dilema entre soportar el dolor o recurrir a fármacos, que en la mayoría de los casos no resultan efectivos.
Estudios desarrollados en base a los antiinflamatorios, el medicamento “estrella”, han revelado que solamente un 30 % de las mujeres que toman analgésicos para calmar el dolor menstrual consiguen aliviarlo. Aunque, a su vez, padecen sus efectos adversos: dolor de cabeza, náuseas o malestar estomacal.
Hace más de mil años, en textos persas del siglo IX, ya se menciona el uso del cannabis para calmar “dolencias uterinas”. Y, fechado en 1596, un texto chino recomienda el cannabis como remedio para desarreglos menstruales.

Los efectos antiinflamatorios, calmantes y relajantes de la marihuana son bien conocidos desde hace milenios, y es considerada por la medicina Ayurveda, tradición india milenaria, una de sus plantas sagradas —tal como apuntamos en el artículo que publicamos el pasado 18 de enero.
No es ningún secreto que la marihuana ayuda a aliviar síntomas como la ansiedad, la depresión, la inflamación y el dolor muscular. Y la menstruación no es una excepción. Desde hace milenios, las mujeres utilizan esta planta para calmar los dolores del período gracias a sus propiedades analgésicas naturales.

Un estudio realizado en 2015, por la Universidad de British Columbia, evidenció que el 90 % de las mujeres que consumen cannabis para combatir el dolor menstrual consiguen aplacarlo. Se puede fumar, tomar en infusiones, aplicarlo en aceite e incluso mediante supositorios, método que resulta más efectivo.
Claro está, se necesita una investigación eficiente de todas las alternativas al alcance para lograr remedios inocuos y más efectivos. Y sobre todo, un cambio de mentalidad, la variable que tiene más carga en el patrón de pensamiento imperante.

Así como en el caso de la marihuana, a la mujer se le presentan retos similares de: educación, visibilización, sensibilización, búsqueda de fórmulas más inocuas y más efectivas…
Y no olvidemos que el hecho de convertir algo en un tabú suma incomprensión, desconocimiento y por ello, más sufrimiento. Es tarea principal de las mujeres la de visibilizar y concienciar para normalizar un tema que afecta a casi la mitad de la población mundial y que en la actualidad sigue siendo un tabú.
La única sangre que se derrama sin sufrimiento sigue escondida bajo un tupido velo... Let it flow, let it flower!



